domingo, 19 de junio de 2011

Nunca me abandones y Ni de aquí ni de Alá




Deja todo lo que estés haciendo y corre a ver estas dos películas británicas que adornan nuestra cartelera esta semana. Muy probablemente se agoten en su primera corrida semanal. Recuerda que el cine artístico y de menor presupuesto que los mega blockbusters veraniegos dura poco en nuestras pantallas.
Nunca me abandones, perfecto título para la adaptación fílmica de la famosa novela de Kazuo Ishiguro, Never let me go, “Nunca me dejes ir” quizá sería más literal, pero en esta ocasión el sentido común se impuso y no alego nada. Si ya de por sí la novela generó adeptos en todo el mundo letrado, la traducción en Anagrama la puso en órbita hispana. Es una historia de adelanto, no de ciencia ficción, en donde se exhiben las ideas bastante locochonas que en la Inglaterra de los 60 se creía serían los transplantes de órganos. Niños educados en escuelas apartadas tipo secta estilo robot programados para que su función en la vida fuera realizar tres donaciones de órganos y morir, irremediablemente satisfechos, como una abeja tras soltar su aguijón.
Producción emparentada con la crema y nata de la calidad artística y literaria, no me puedo poner flamenco. Me doy de santos que llegó a nuestras miradas! Me doy por satisfecho. Ojo porque leyendo la sinopsis uno no se entera que esta es la película basada en el famosísimo libro. Sólo si nos acercamos con detenimiento a analizar los carteles notaremos detalles tan importantes.
Paisajes ingleses de verdor intenso y una reflexión sobre el amor a prueba de insultos e incomprensión. Una película intrigante y conmovedora. Es una verdadera lástima que vi salir jovencitas con cara de enfado porque no le entendieron a la trama. Esto es Harry Potter superado exponencialmente.
La comedia The Infidel, acertadamente traducida como Ni de aquí ni de Alá, es una aportación encantadora en breve homenaje a aquélla película de la India María Ni de aquí ni de allá, donde la aludida se debatía entre el país del dólar y el nuestro. Ahora el personaje es un taxista londinense que descubre, para su sorpresa, que en realidad es un judío que desde pequeño fue adoptado por padres musulmanes, cambiándole el nombre (nada del otro mundo en los países avanzados, ejem…).
Esta película es excelente plataforma de lucimiento para los nuevos valores de la comedia británica que son estrellas de televisión y hacen aquí excelentes personajes secundarios.
Con diálogos arriesgados y de alto coeficiente intelectual, lo admirable es el dificilísimo tema de esta comedia: la eterna rivalidad entre árabes y judíos se puede tratar gracias al contexto de una Inglaterra avanzada, cosmopolita y políticamente mucho más correcta que, ejem, el resto del mundo? Por lo menos que la franja de Gaza…
Un sorprendente final que enlaza a artistas olvidados de la época dorada de la música pop de los años 80 con el consabido estilo conocido como los New Romantics, los Nuevos Románticos que no fue traducido correctamente en el subtitulaje. Pecata minuta. El enlace es insólito, ya que conecta un cantante olvidado con un actual fanático religioso que engaña a incautos impresionables. Si así se expusieran los ruines excesos de la Srita. Laura, por ejemplo, sería loable! No es que no admire yo su tour, si no que la belleza de sus invitados me eclipsa.

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