martes, 6 de octubre de 2009

DIABÓLICA TENTACIÓN


Jajajá por fin una película que le hace justicia a los adolescentes. Claro que no a todos los dejarán entrar a ver lo que en inglés se llama Jennifer´s Body (El Cuerpo de Jennifer) y a la que en español le pusieron Diabólica Tentación, con un poster muy atrayente donde una hermosa colegiala evidencia ser vampira, o vampiresa, cómo se dice?
Qué bárbaro, sólo a los gringos se les ocurre poner de patito feo en esta película a la chica que salía en Mama mía (Amanda Seyfried) nomás porque usa lentes… en cambio, la famosa Megan Fox, a sus 23, podría verse mejor? Ese look le sienta perfecto. Ambas muchachas, en la historia, son las mejores amigas: la rubia y la blanca de pelo oscuro y ojos claros, en un pueblo perdido en el mapa de los Estados Unidos, donde las tabernas se incendian por el alto voltaje de unos rockeros satánicos de rímel. El desafío científico se inicia con una cascada y un ojo de agua sin fondo en el que arrojan cosas y nunca vuelven. Mmm… será posible eso? Bueno, me recuerda las cascadas de arena de la Baja, se acaba la arena y a dónde va a dar? Preguntas para la ciencia y nosotros aún sin rector (¡!).
El fuerte lazo de amistad se ve amenazado cada vez más, ya que Jennifercita pasa desapercibida y sólo su amiga del alma, Needy, sabe que se ha vuelto vampiresa y asesina serial –no cereal-, en contra de su voluntad. Asimismo, se informa en la biblioteca de la escuela, en una pequeña sección de ocultismo, sobre qué tan larga debe ser la espada de plata para terminar de una vez por todas con la maldita maldición –redundancia intencional- de tener una vampira (a poco no suena bonito, hasta mejor?) en la prepa.
Es que Jennifercita se ha vuelto una glotona anoréxica bulímica con cambios de temperatura corporal y ánimos dignos de cualquier bipolar que se digne ser de la clase media medio acomodada y ah cómo da lata la chinita del salón (referencia a la propia directora) con que necesitamos himnos de moda en la radio para superar la caída de las torres gemelas. Cuando el pirata profesor tipo Garfio empieza sus peroratas, Jennifer es la única que se atreve a expresar su hastío. Entre otras frases geniales, dice: “el síndrome de dolor premenstrual es una mentira inventada para hacernos pasar por locas” y su amigocha, que no canta mal las rancheras pateadoras, dijo antes: “el infierno es una adolescente”. Excelente. Muchos podrán criticar esta cinta como “una gringada más”; sin embargo, muy pocas hoy en día entregan estas gemas de honestidad y poesía lírica. O qué, alguien salió inspirado de Quiero explotar? Juar, juar. Chilangus extinctis.
El humor negro de Jennifer es imparable, al comentar todo a su alrededor. Dice las mentiras justas que desea oír el atleta tarado, el emo pusilánime, o el tierno romanticón. Incluso a los rockeros dizque satánicos les sigue el rollo, les da la suave y el avión, porque en el fondo sabe, lista como es, que mientras más alta es la subida más fuerte el porrazo. Así corre la vida de la dulce e incomprendida Jennifer, suspirando por el día en que pueda comprar alcohol sin tener que coquetear con el cajero por aún no tener permiso, o aburrida por la cursilería gazmoña de los anuncios para hacer ejercicio de la tele gringa y todo el cúmulo de represión sexual que grita a los cuatro vientos el grado sumo de infelicidad que nuestros vecinos del norte padecen.
Aunque a propósito de métodos reproductivos, yo no sé de donde, ah sí sé, perdón, le sale tanta malicia a la Jennifer. Es una rebelde con causa y su balance hormonal dejaría sin habla a más de un endocrinólogo. El porqué ahora las películas sobre y para adolescentes están plagadas de vampiros colmilludos cuya sed de sangre es insaciable quizá sea una metáfora de todo lo social: ambiciones políticas insaciables, ambiciones mercantilistas insaciables, capacidad inaudita para la hipocresía y la proliferación de la tontería, e insisto, una enorme represión del placer corporal. Tan fácil que sería todo si no salieran con domingos siete y con que a Chuchita la bolsearon, pero no es cuestión de que el mundo sea como uno quiere, sino como lo es pese a mis deseos o caprichos.
Como lo dijo Shakespeare: los viejos desconfían de los jóvenes porque alguna vez lo fueron. Seguro lo dijo con mejores palabras, pero ¡chispas y atiza! cuánta razón tiene.

1 comentario:

  1. Por tu culpa, por tu grande culpa andamos saliendo a ver la peli de"la vampira". Dice Mariel que SI la dejaran entrar y es la mas entusiamada, asi que despues de sus clase de arabe(ombliguito veloz) iremos a Cinepolis, aprovechando que es miercoles. Luego te cuento si creo que valio la pena...Saluditos.

    OOOOrale, que guapeton saliste en la foto. Ginger suspira por ti. Ja!.

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