lunes, 5 de octubre de 2009
RELI... QUÉ?
Este es un excelente documental sobre religión, escrito y actuado por Bill Maher, el famoso comediante neoyorquino que ahora tiene su propio show de televisión. Bill creció en una familia tanto católica como judía, lo cual seguramente influyó para desarrollar un sentido del humor ácido para sobrevivir entre tanta agresión cultural.
Debo dejar de ser condescendiente y decir que Bill Maher no es un ser de inteligencia extraordinaria sino simplemente un ser humano racional y muy a tono con la vida de este siglo veintiuno, como tantos. Es normal ser inteligente! Es anormal ser tan tonto aunque parezca moda! El botón de muestra es precisamente este documental dirigido por Larry Charles, nada menos que el director de Borat, otro famoso documental (bien, pseudo-documental) que los pubertos adoraron en su momento y que vuelve, según dicen, con Brüno. A ver si se nos hace verlo.
El blanco del ataque es aquí la religión como excusa y pretexto para el fanatismo, la pereza mental, la estrechez de miras y sobre todo, la perversión, la maldad, que al final de cuentas resulta ser lo contrario de lo que se supone toda buena religión se precia de aspirar: a la bondad humana. Sabemos, por simple cultura general, que la Cristiandad no canta mal las rancheras a la hora del recuento de daños proporcionados a la humanidad. Entonces, es mala la religión? Según Bill Maher, y otros renombrados citados allí, en efecto, la religión trae más mal que bien al mundo. Pero cómo, decimos algunos de nosotros, rosario en mano, repegando la calcomanía esa que reza “Este hogar es guadalupano y no queremos propaganda protestante”, dando limosna con el meñique alzado pa´que se note, etc. No sólo los cristianos, católicos y demás, sino también los judíos y los musulmanes, no salen muy bien parados que digamos cuando se les enfrenta a la realidad factual y fáctica con un punto de vista más realista a tono con los avances científicos y tecnológicos e ideas de la época en las que nos ha tocado vivir.
Por supuesto, la discusión adquiere buen nivel, pues los interlocutores, algunos de ellos sagaces y con un dominio impresionante de la argumentación, hacen su luchita por convencer a un Bill Maher que no se deja impresionar por las amenazas de que “drogas y sexo” son malas. ¿Cuál es el problema? dice él, y sobre todo, ¿qué mensaje implicas al asociarme con que o soy religioso o lleno mi vida de drogas y sexo, como si esas fueran las únicas opciones al alcance?
Se nota la ausencia al sector budista del mundo, y es que material, como podrás imaginar, abunda. Pero los que dan escalofríos son los norteamericanos, cuya deficiencia en educación racional y cientificista los pone abajo en las estadísticas, con creencias irracionales muy probablemente producto de una sobreexposición a materiales televisivos que desafían toda lógica, todo en nombre del mercantilismo. Esto es, pese a universidades y científicos de primer nivel, la población gringa sigue creyendo en la fantasía, en la superstición, en el mal sin explicación, en los milagritos de quinta. En eso, el pueblo mexica y el de gringolandia van a empezar a competir por el premio mundial a la tontería!, o qué, me vas a decir que no anda más de un connacional buscando la imagen de la Guadalupana en grado obsesivo, en vez de comer frutas y verduras para que la sangre llegue al cerebro por fin y no sólo coca-coca y salchichas longmont? Amén.
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